Parafraseando a Sherry Turkle[1] en La
vida en la pantalla se
resalta la idea de “Por una parte insistimos en que somos distintos de las
maquinas porque tenemos emociones, cuerpos y un intelecto que no se pueden
atrapar a través de reglas, pero por otra parte jugamos con programas de
ordenadores y pensamos en ellos como si estuvieran vivos o casi vivos. Las
imágenes de las maquinas se han acercado siempre a las imágenes de las
personas”, permitiendo comprender que la tecnología es hoy un elemento
transformador que promueve nuevos modos de lenguaje y de percepción.
Al hablar de lenguaje es preciso
acercar las ideas de Wittgenstein.
Para Wittgenstein una expresión no puede ser falsa, no porque siempre sea
verdad, si no porque el lenguaje tiene muchas funciones y representar al mundo
es solo una más. Wittgenstein aclara que “El lenguaje no es una jaula”,
resignificando así la intensión de ampliarse con el lenguaje. Es más, en la
segunda etapa de Wittgenstein, se hace más evidente que al lenguaje debe
considerarse como un instrumento de la vida y por consiguiente, habrá tantos
ejemplos de lenguaje como esferas elementales de la vida.
Recapitulando, si de base al
lenguaje se reconoce su peso a la hora de configurar el mundo, es el propio lenguaje quien permite esta
configuración significativa e intersubjetiva, y por ende, es el lenguaje que
construye, para nosotros, la realidad.
Tomando
estas líneas generales, la llegada de Internet ha producido una ramificación
del lenguaje, de la lectura, de la escritura y por ende la subjetividad. Ahora
este nuevo reinado, que se ha instalados en todos los ámbitos, desarrolla
nuevas experiencias y particularidades, dentro del usuario, del receptor y de
la sociedad. Gracias a un lenguaje transnacional, que circula a una rapidez
impensable, se ha dado forma a la creación de nuevas identidades. Estos nuevos
perfiles, donde se configuran con flujos de información transversal, con
imaginerías fragmentadas y sobre todo, producidas con otros modos de representación
que cosechan novedosas modalidades de usuarios. Esta
apertura individual, puede percibirse como un poco desorganizada, sin embargo,
esta actitud dota al ser humano de adaptabilidad, reutilizando el caos en una
energía para multiplicarse.
Concretamente, la infinidad de
escrituras que se pueden alcanzar en un hipertexto, ponen en relieve una
complejidad prodigiosa. Esta complejidad
propia de sistemas extraordinarios, como la naturaleza, denotan la amplitud, el
grosor de esta nueva lógica, “una lògica que no és necessàriament lineal i
deductiva, sinó oberta i relacional”[2], propia de sistemas que
buscan la autorganización.
Concluyendo, este nuevo mundo
tecnológico que despliega una fuerte imaginación colectiva, propone una
eclosión de creatividad y que brinda un sinfín de oportunidades al ser humano. Ahora
la creatividad esta puesta en la convivencia de todas las esferas, ya sea
virtual o no y por lo tanto se requiere de un receptor aún más ávido y que
pueda leer en ambos mundos. Ya reconocidas las funciones y beneficios de las
TIC, ahora toca zambullirse todavía más al receptor, es más, se podría decir
que es ya una exigencia implícita para entender el mundo que vivimos.
La complexitat de les escriptures en un hipertext es pot comparar amb els sistemes de la natura. De fet cada vegada l'home intenta buscar en ell mateix mecanismes que s'acostin als sistemes que ens permeten sobreviure i que ens fan el que som. Nosaltres som un sistema complex del que encara no hem descobert tots els entrellats. Des d'aquest punt de vista, encara ens queda molt camí per córrer, igual que al futur del món hipertextual.
ResponderEliminarHola
ResponderEliminarYo estoy un poco en contra de las afirmaciones de los entendidos, auqnue se abre una creatividad multipl, el lenguaje se ve empobrecido por la limitación y la falta de rigor.
Com el Jordi, a mi també em fa preguntar-me si realment això que es diu de que hi ha un nou llenguatge per Internet o per les noves formes d'escriptura hipertextual, no fa més que empobrir el llenguatge. Cada cop més, ens acostumem al poc rigor i ho acceptem com a una nova forma de llenguatge digital.
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